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Santiago Sin Rodeos

Santiago Segura vuelve a los cines con Sin Rodeos

Este mes de marzo nuestro querido Santiago Segura, amigo, socio y miembro de oro ha estrenado nueva película. Sin Rodeos es una comedia muy cómica con Maribel Verdú y todo un plantel de caras conocidas. Florentino Fernández, (el Pérez no se prestaba para el papel), Candela Peña, Diego Martín, Toni Acosta, Alaska…y apariciones estelares como la del propio Santiago Segura y otro amigo, socio y gran miembro de esta nuestra comunidad de chulos, El gran Wyoming.

Es una película que trata sin rodeos la conciliación familiar, el machismo, el empoderamiento femenino, las nuevas tendencias de influencers, instagramers, youtubers, bloggers, it girls, it boys y toda esta locura sin sentido que nos están regalando las redes sociales.

Y lo hace con mucha guasa, como no podía ser de otra manera.

En 18Chulos, que por cierto, nos estamos modernizando y ahora nos llamamos 18Chulos Records & Events ( qué bonito, eh!)  estamos muy orgullosos de Santiago y hemos disfrutado de lo lindo con esta entrevista que le concedió a un periodista de El mundo el pasado mes de febrero. Aquí os la dejamos.

Besos y abrazos.

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28/02/2018. Diario El Mundo.

Después de llevar a más de 13 millones de espectadores a las salas españolas, Santiago Segura vuelve a ponerse detrás de las cámaras para rodar una comedia «empoderada» sobre la quimera de la conciliación, la brecha generacional y el machismo, con Maribel Verdú al frentre y un reparto cargado de rostros televisivos

No ha pasado ni una semana. Un simple comentario en Twitter de Kylie Jenner hizo que una empresa, Snapchatperdiera 1.000 millones de euros en Bolsa. ¿Quién es Kylie Jenner? Pues una influencerinstagramer, it girl y todos los anglicismos que sus más de 24 millones de seguidores en todo el mundo tengan a bien de incorporar. Y empresaria y filántropa, claro. Con el panorama aún candente por este terremoto y la brecha generacional como el encuentro entre dos placas tectónicas, Santiago Segura(Madrid, 1965) presenta Sin rodeos, un acercamiento en clave de comedia a la conciliación familiar, el machismo y las tendencias sociales imperantes.

Consciente del éxito en taquilla de comedias corales como Perfectos desconocidos y tras llevar a más de 13 millones de espectadores a las salas españolas, Segura, que por primera vez dirige un largo sin su cochambroso detective en escena, agarra fuerte un puñado de almendras sabiendo perfectamente cuál será la primera pregunta:

«Sí, la libertad de expresión está un poco en riesgo. Creo que antes éramos un poquito más tolerantes y elásticos». Preguntado acerca de la naturaleza de dicha elasticidad, el realizador matiza: «También tiene cosas positivas. En el feminismo, por ejemplo, donde cada paso cuenta. Miras hacia África o hacia Oriente Medio y ves cosas terribles en pleno siglo XXI. Quiero ser optimista aunque haya verdaderos atentados a la libertad de expresión, como lo de ARCO o lo del rapero». Valtonyc, ya saben, ha sido condenado por el Tribunal Supremo: «Es una ejecución de las leyes exagerada. Tres años y medio de pena es absurdo: aunque no te guste, te parezca ofensivo, incluso aunque transgreda la ley, ¿no es mejor una multa disuasoria?».

Paz, el personaje de Maribel Verdú en Sin rodeos, es una mujer pilar, de esas de las que todo depende y no puede depender de nadie: su pareja es un artista fracasado con ínfulas de grandeza, su mejor amiga no la escucha, ha sido sustituida en su trabajo por una influencer (Cristina Pedroche) y su jefe es un sobón inútil (David Guapo). «Sobón, sí, pero no es desagradable», dice Segura, que asegura que su producción no se vio trastocada por el #MeToo porque tuvo un origen anterior a la explosión del fenómeno: «Cuando rodamos, todo esto no existía. Cuando la gente ve la película puede pensar ‘hostia, qué actual’, pero sólo es oportuno, no oportunista. Mi idea era machacar a esa mujer durante la primera parte de la película para que la gente se pudiera identificar. Las frases que se oyen del tipo ‘oye, arréglate un poquito’ jamás se las dirían a un tío. Eso es un micromachismo, pero no se puede entender como acoso». Seguir leyendo